En su experiencia internacional, destaca su trabajo con atletas de elite mundial en: Fútbol, Tenis, Formula 1, Ciclismo, Esgrima, Golf, Esquí, Basquetbol y pilotos de la MotoGP.
Actualmente desempeña el cargo de Director Científico en Bioperformance Group, desarrollando programas de Alto Rendimiento para empresas e instituciones deportivas en Chile y Europa.
En noviembre del 2018, el prometedor golfista chileno Guillermo “Mito” Pereira está en crisis. Tras una larga lesión, venía de no pasar el corte en 12 torneos consecutivos.
Entonces su entrenador, Eduardo Miquel, se contactó con el psicólogo deportivo Eugenio Lizama.
“El Edu me dice que tiene a un muchacho tremendamente talentoso, que está pasando por un momento complicado, pero que confía mucho en él”, recuerda. “Le dije: dame tres meses”.
Y la espera valió la pena. En sus primeros diez torneos de 2019, ganó tres, quedó en el podio en otros cinco y fue top ten en los dos restantes. Hoy, lidera la tabla para ascender la próxima temporada al circuito PGA.
“Entrenamos su cerebro: ordenar sus emociones, rutinas para silenciar la mente, medimos el estrés en su cuerpo y vimos automatismos cerebrales para que sus movimientos fueran fluidos, con rutinas y protocolos para cada tiro”, dice Lizama.
En otras palabras, la neurociencia aplicada al deporte, su especialidad.
“Nosotros le decimos cómo”
Estudiando Psicología deportiva, Lizama sentía que algo le faltaba. “Necesitaba complementarla con algo más”, recuerda. “Mi sueño fue siempre llegar a los pilotos de Fórmula Uno y Moto GP. Y pensaba:
¿Cómo voy a ir donde estos tipos que ya están tan alto y decirles: «Ten pensamientos positivos, maneja el estrés, motívate»? Probablemente todo eso ya lo hacen, o sea, por algo están ahí”.
Fue así como, en 2007, pudo contactar a Bruno Demichelis, el psicólogo que fundó el revolucionario “Milan Lab”, una de las claves en el éxito del AC Milan en los 90 y comienzos de siglo.
Trabajó dos años como su asistente y luego participó en la creación de la Ferrari Academy en Maranello. Y al poco tiempo lo contactó el motociclista italiano Andrea Dovizioso, con quien ha sido tres veces subcampeón mundial, mientras en el Centro de Entrenamiento Neuropsicológico ha trabajado con deportistas como Joaquín Niemann, Nicolás Jarry y el plantel de la U.
¿Qué fue lo que más te marcó de Demichelis?
—Que el cerebro se pudiera entrenar, que depende de uno ponerse nervioso o calmarse, autocontrolarse o no.
Y yo, al verlo, y ver las respuestas fisiológicas —cómo el latido del corazón aumenta cuando uno tiene rabia, cómo el cerebro cambia la producción de ondas cuando uno tiene pena—, me cambió el paradigma. No estaba acostumbrado a darme cuenta que se puede gestionar, que la concentración cambia y mejora cuando entrenas tu cerebro.
Y así es como forjó su frase preferida: “El deportista sabe qué hacer… nosotros le decimos cómo”.
“Lo que hacemos es establecer rutinas, generales y después específicas para cada movimiento”, apunta Lizama.
“La primera idea es entrenar el cerebro mediante la repetición de una acción, pero en la neurociencia lo que hacemos es evaluar ciertas capacidades: cómo gestionan el estrés, cuál es su capacidad de concentrarse y calmarse, su velocidad ocular, sus tiempos de reacción”.
—Hay elementos que son en común.
Un deportista de alto nivel debiera aprender más o menos cuatro variables que son transversales: la capacidad de manejar la presión, de concentrarse, de fluir y de tomar buenas decisiones.
Que lo hagas a velocidad o caminando, no resulta tan relevante porque se trata de establecer rutinas, generales y después específicas para cada movimiento.
El ojo percibe la información y toma una decisión en más o menos 200 milisegundos, o a veces menos, que el cerebro tiene que procesar para que el cuerpo efectúe de manera normal. Ya sea para saber cómo tengo que poner mi mente para pegar un
Niemann tiene “oro en la cabeza”
—Lo que he visto es que los deportistas
Con lo que te topas en los campeones siempre es que el factor de la obsesión está en la base. La obsesión no es solo pasión, es la construcción de jornadas de trabajo y horas dedicadas a cada detalle que supera a los otros. Lo que nosotros llamamos los marcadores, cosas que diferencian a unos de otros.
—Y eso es en lo que más se caen, te diría que un 70% de los deportistas, sobre todo a nivel local.
—¡Nunca se pasó a nadie en su vida! Pero el tipo incluso fue campeón del mundo.
Tiene que ver con el proyecto deportivo, con la seriedad con que se trabaja.
Los que más tienden a ganar son los que ordenan su plan de trabajo. Dentro de eso está la neurociencia, como un aspecto. Me da risa porque la gente a veces cree que haciendo neurociencia, poniéndose un cable en la cabeza, va a ganar. El cerebro es solo una parte. Para ganar, necesitas otras cosas.
—Rafael Nadal siempre me ha llamado la atención. Creo que tiene una capacidad de sobreponerse a la adversidad, de absorber lo positivo, que no es común, porque es tremendamente complejo. Pero he analizado cerebros que me han hecho sentir afortunado.
—Niemann… cuando vi sus capacidades quedé impresionado, me conmovió… Tiene una capacidad innata, que en el deporte lo llamamos “el oro en la cabeza”, de silenciar la cabeza cuando corresponde. Eso lo traía de la cuna y, para su deporte, es un elemento tremendamente importante.
"Hay un sabor amargo de que se pudo hacer historia, pero por otro lado queda que 'Mito' tiene todas las herramientas para competir en este nivel, siendo recién su primer año", agrega Eugenio Lizama, especialista en neurociencia e integrante del equipo del deportista nacional.
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