Una historia de una injusticia brutal.
He preferido no contar esta vergonzosa historia utilizando el nombre verdadero del protagonista. Él y su familia han sufrido suficiente persecución a través de los años y es mejor que su identidad se mantenga en reserva.
Lo llamaré "Juan Carlos".
La historia de Juan Carlos no sólo me emociona sino que me causa una profunda indignación y sentimiento de impotencia.
Conocí a Juan Carlos cuando yo tenía 13 años y jugaba tenis en un Club cercano a mi casa. Era el año 1963 y Juan Carlos, de nueve años, llegó como "pelotero", para ganar unos pesos para ayudar a su familia que era sumamente pobre y vivía en Peñalolén.
Juan Carlos era muy flaco, con síntomas de posible malnutrición. Era un niño alegre, con alguna tendencia a quejarse demasiado por todo, pero era tan simpático y dicharachero que era querido por todos.
Ya un poco mayor, y como era frecuente, fue pasado a desempeñar cargos como asistente en otras disciplinas deportivas, en las que siempre fue evaluado muy bien por sus jefes.
A mediados del año 1973, a los 18 años, Juan Carlos entra a hacer el Servicio Militar Obligatorio donde, para su mala fortuna, lo pilla el Golpe Militar.
Entendamos que un conscripto de 18, 19, 20 o 21 años, en esos tiempos, se limitaba a cumplir órdenes, sin cuestionarlas. Era el último eslabón de una organización militar jerarquizada, operando en el marco de estados constitucionales de excepción (Estado de Sitio desde 1973 hasta 1978).
Es obvio que Juan Carlos estaba sujeto a un rigor militar donde funcionaba férreamente el principio de la obediencia debida.
Pero ocurre que, cuarenta años después, este hombre humilde y de pueblo, quien hizo su Servicio Militar porque era obligatorio por Ley, es considerado por la justicia como un violador de derechos humanos quien ha cometido delitos de lesa humanidad.
Esa misma justicia Chilena que no pudo, o no se atrevió, acoger los "habeas corpus" de protección de los detenidos de la época, ahora tiene la arrogancia de pasarle la factura a Juan Carlos, un joven y humilde conscripto del Servicio Militar Obligatorio.
Es uno de más de 200 militares perseguidos por la llamada Operación Colombo (operación de la DINA en contra de las directivas de los partidos políticos de la UP en la clandestinidad) entre los años 1974 y 1978 cuando Juan Carlos tenía apenas entre 18 y 22 años.
Hubo gravísima represión en aquellos años, incluso el injustificable asesinato y desaparición de los cuerpos. Pero, por estos actos que no tienen justificación, a pesar del clima de guerra imperante en esos años, deben pagar los que dieron las órdenes, los que tenían mando y jamás los que estaban obligados por el principio de obediencia debida.
Tal como lo señala Orlando Saénz en su excelente artículo "Militares":
"Se hizo (EN CHILE) tabla rasa del dogma de la obediencia debida, que hasta los aliados respetaron después de la Segunda Guerra Mundial, y a pesar del mayor genocidio que conoce la historia de la humanidad (solo se juzgó y condenó a aquellos en que se pudo demostrar que tenían el libre albedrío suficiente para evitar los crímenes en que participaron).
El soldado raso Juan Carlos, conscripto del Servicio Militar Obligatorio, no ha sido acusado de ningún acto inhumano o de crueldad en el marco de la Operación Colombo.
Como era un guardia de recinto (no custodió jamás a prisioneros), los jueces lo acusan de encubridor........lo acusan "porque usted estuvo ahí".
¡¡¡¡¡¡ Qué injusto !!!!!........¡¡¡¡¡¡¡ Qué aberrante !!!!!!
En una decisión incomprensible, un juez, seguramente más preocupado de una venganza y de su carrera profesional, condena a Juan Carlos, en primera instancia, a cuatro años de presidio como "encubridor" en un caso de un prisionero desaparecido, en el marco de la Operación Colombo. Este caso se encuentra actualmente en fase de apelación en los tribunales superiores.
Suscribo plenamente los demás argumentos de don Orlando Sáenz en su artículo "Militares".
Estos argumentos son especialmente ajustados al caso de Juan Carlos, y a la gran mayoría de los militares jóvenes (oficiales, suboficiales y tropa) que les tocó actuar en esa época.
Juan Carlos no sólo está acusado una vez, sino que en más de 160 causas similares (uno por prisionero).......su papel de antecedentes parece un libro.......y ha debido, en los últimos años, desfilar permanentemente por distintos tribunales y en interminables entrevistas con los detectives del grupo de Derechos Humanos de Investigaciones.
No es acusado personalmente de participar en NINGÚN hecho de sangre o de lesa humanidad, pero puede pasar el resto de su vida en la cárcel, ya que las penas son acumulables..........y porque "usted, señor, estuvo ahí".
¿ Cómo es posible que Chile permita esta GRAN MARICONADA al conscripto Juan Carlos, hoy de sesenta años?
Durante el período 73-78 Juan Carlos era muy, muy joven.......era un humilde conscripto. Tenía cero posibilidades de dar una orden, por lo tanto es inocente, pero está viviendo esta increíble e injusta pesadilla que constituye la GRAN MARICONADA DE CHILE.
Señores jueces y políticos de Chile:
¿Y los Derechos Humanos de Juan Carlos?.......¿ Donde están ?
5 comentarios:
Juan Carlos es uno de los cientos de militares y carabineros sometidos a la persecución política en sede judicial, llevada a cabo por jueces prevaricadores, animados por el odio y el afán de venganza, que cometen "crímenes jurídicos de lesa humanidad" y cuyo propósito final es la destrucción de las Fuerzas Armadas, como lo denuncio en los libros de mi autoría titulados "Política y Fuerzas Armadas" y "Procesos sobre violación de derechos humanos. Inconstitucionalidades, arbitrariedades e ilegalidades", que están a la venta en la Feria Chilena del Libro. Al respecto, ver la inserción publicada hoy 29 de abril en la página 33 del diario La Tercera.
Adolfo Paúl Latorre
Inserción publicada el miércoles 29 de abril de 2015 en los diarios La Tercera y El Mercurio de Valparaíso, suscrita por numerosas organizaciones de personal de las FF.AA. y Carabineros en retiro:
INIQUIDAD JUDICIAL CONTRA UN OFICIAL DE LA ARMADA DE CHILE
La Corte Suprema de Justicia, con fecha 20 del mes en curso, rechazó el recurso de casación deducido contra la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago que confirmó la condena a cinco años y un día de presidio —de cumplimiento efectivo— a Jorge Osses Novoa, un joven teniente de la Armada de Chile en la época del pronunciamiento militar, por el único hecho acreditado de haber trasladado a un detenido, cumpliendo órdenes superiores, desde el lugar en que trabajaba hasta el Ministerio de Defensa (Rol C.S. 22.645-14).
El más alto Tribunal de la República, contrariando la verdad y el sentido común, manifiesta en su resolución que dicho oficial es autor del secuestro de una persona “que fue retenida en contra de su voluntad a partir del 5 de octubre de 1973, prolongándose esa situación hasta el día de hoy”.
Es realmente inhumano castigar a una persona por hechos ocurridos hace más de cuarenta años. Resulta aun más inhumano si tales hechos, como los imputados al teniente Osses, no son constitutivos de delito —ni siquiera común, menos aun de “lesa humanidad” como lo califica la sentencia— y que, si lo fuesen, están amparados por la Ley de Amnistía y por la prescripción de la acción penal; institución jurídica que a comienzos del año 2014 le fue aplicada al presidente del Partido Comunista y diputado Guillermo Teillier (en la querella presentada por viudas de los escoltas asesinados durante el atentado contra el presidente Pinochet).
La precitada sentencia constituye una iniquidad suma y una atrocidad jurídica —pues no solo atropella la Constitución Política de la República de Chile y un sinnúmero de normas legales internas, sino que, además, diversos tratados internacionales— y solo puede calificarse como un “crimen jurídico de lesa humanidad”.
Por otra parte, dicha sentencia ordena el pago a los querellantes, por el Fisco de Chile, es decir, con el dinero de todos los chilenos, de una indemnización por daño moral de $700.000.000. Esto último confirma lo denunciado por diversos autores en el sentido de que estas querellas tienen importantes motivaciones de carácter económico.
Adolfo Paúl Latorre
Estimado señor Paul......le agradezco sinceramente sus comentarios.....la injusticia y revanchismo de un poder judicial que ahora se presenta como justiciero, y que en su momento no fue capaz de procesar los recursos de amparos, es grotesco......ellos en el Estado de Sitio no se atrevieron y ahora tienen la arrogancia de procesar y condenar a jóvenes que de verdad estuvieron sometidos a la obediencia debida......VERGONZOZO !!!!!!
Jorge dijo...
Mi nombre es Jorge; Yo fui detenido por la DINA y torturado en Grimaldi, después pase por 4 campos de concentraciones por espacio de 2-1/2 anos. No es facil olvidar cuando mis amigos(as) fueron también torturados por la DINA. Han pasado 40 anos y he vivido en los Estados Unidos desde 1976,con no planes de retornar a Chile nunca más. Pero estos anos me han dado tiempo de pensar para que tener más resquemores al asunto, Olvidar y perdonar es la unica solucion para mi, Dios él dirá que va ha pasar. El asunto es que los Gringos lo llaman "Collateral Damage" donde todos sufren culpables o no culpables y aquellos que han perdido más que yo se han decidido tomar revanchas de una manera o otra en Chile, y su amigo tiene que pagar los platos rotos debido a que el trabajaba el la DINA, ellos hicieron bastante danos, quizás Usted está poniendo las manos en el fuego por él y nunca es bueno, ya que esas personas fueron seleccionadas por sus reputaciones en el servicio y todos fueron en el extranjero investigados y muchos de los ex-prisioneros torturados por ellos testificaron e identificaron cuales hicieron más daños a los ciudadanos Chilenos por sus ideas marxistas o no .Quizás usted necesita estar bien seguro de que su amigo tiene las manos limpias, debido a que ellos (DINA) fue un grupo seleccionados para llevar a cabo las peores atrocidades cometidas a los Chilenos (Hombre, mujeres e inclusive ninos o ninas viendo a sus padres torturando en frente de ellos, sin misericordia o respeto por las mujeres. ( Mi mejor amiga que vive en Europa, perdió la posibilidades de tener familia debido a la picana eléctrica es sus órganos). Es difícil decir que él no estaba involucrado (Si el dice que no estaba involucrado..quiere decir que yo no estaba involucrado en hacer propaganda subversiva en contra de la junta y distribuirla a través de la ciudad). Ya que no era facil de entrar a estos grupo sin tener que demostrar que eran capases de poner una pistola en la cabeza de una persona y apretar el gatillo.Quizás esto le de una idea de que ellos no eran muy inocentes como estan tratando de aparentar ya que los papeles se invirtieron y sus vidas estan en peligro ahora y lo único que les queda es tratar de aparentar inocencia.
En mi opinión Yo "NO" voy a juzgarlos ya que eso lo dejo en las manos de Dios él
solamente traerá justicia a esta situation.
Just food for thought.......
Estimado Jorge......muchas gracias por tu comentario que revela el tipo de visión ante esta tragedia que tanta falta hace en Chile....y tu punto de vista es sumamente respetable dado lo que tocó vivir.....
Yo sólo pido perdón y comprensión para oficiales, suboficiales y tropa que eran muy jóvenes y les tocó actuar bajo el principio de la obediencia debida.......me parece que los "monstruos" que tenían mando, poder de decisión y libre albedrío están siendo castigados hace mucho rato ya.....saludos cordiales....Terence Cook
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