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martes, 14 de octubre de 2014

¿Qué hacer cuando uno "arruga" (colapsa) en golf ?

¡¡¡¡¡ Qué duda cabe !!!!! El golf es un juego difícil, especialmente cuando pega la presión.

Van de Velde colapsando en el hoyo 72 en el Open 2006
Uno de los capítulos de mi libro, "Golf Mental: El Poder de la Autosugestión Consciente", se llama: "El Golf nos va a pegar en el suelo".

Y así es.

Solos frente a un escenario de alta presión es frecuente sucumbir y jugar como un principiante.

Le ha sucedido a los mejores golfistas del mundo y, por supuesto, a todos los jugadores de hándicaps altos medianos y bajos.

La explicación científica para este fenómeno lo encontramos en una de la leyes de la teoría de la Autosugestión Consciente del farmaceuta e hipnotista, Emile Coué, quien la desarrolló a comienzos del Siglo XX.

Se trata de la Ley del Efecto, o Esfuerzo, Reversa que dice que a mayor esfuerzo consciente por lograr un objetivo, menor es la probabilidad de que lo alcancemos. En inglés este fenómeno es también conocido como "trying too hard" (intentando con demasiada intensidad).

Este esfuerzo consciente excesivo por lograr el objetivo, es interpretado por la Mente Inconsciente como que lo que se pretende es supremamente difícil de lograr. A continuación se produce un "pánico" psico motor y comenzamos, en el caso del golf, a jugar como principiantes.

En vez de continuar nuestro juego con los poderosos circuitos de nuestra Mente Inconsciente (lado derecho del cerebro), revertimos a los ineficientes circuitos de nuestra Mente Consciente (lado izquierdo del cerebro), los que utilizamos antaño cuando comenzábamos a aprender a jugar.

Podemos graficar esto con un ejemplo simple del manejo del automóvil.

Normalmente manejamos en forma fluida y automática, pero sí debemos convencer al examinador que nos está evaluando para renovar nuestra licencia, comenzamos a conducir en forma mucho más errática y forzada.

Bueno, este fin de semana pasada yo "arrugue" cuando estaba uno arriba faltando tres hoyos en mi match de singles frente a mi amigo Gustavo Garay del Club de Golf La Dehesa.

 Nuestro match era el último y probablemente el decisivo para que mi Club, el Country Club, se pudiese llevar la Copa Ian Morrison, Categoría B, en el torneo nacional Interclubes. Ya el tercer equipo en competencia, el Sport Frances, estaba sin opción.

La presión se indujo porque, obviamente, yo no quería ser el causante de que perdiéramos la Copa.

Paradojalmente yo no había jugado muy bien el drive en todo el día, pero en esos tres hoyos finales pegué magníficos tiros de salida. Simplemente fallé con mi sand y dos veces con mi fierro nueve y me dejé unos putts demasiado largos.

Raya para la suma, el Efecto Reversa, o el "trying too hard", me pegó fuerte en esos tiros a Green y fueron la causante de los tres tres putt consecutivos y este colapso me significó perder los tres hoyos finales y este match.

Afortunadamente para mí, providencialmente igual ganamos la Copa, ya que si bien empatamos con nuestros amigos del Club de Golf la Dehesa, todo se definió a nuestro favor gracias a los "puntos chicos", o sea los resultados de los match entre nuestros dos equipos, sin considerar lo ocurrido en nuestros match con el Sport Frances.

Ahora bien, la verdad es que nadie en el mundo del Golf Mental ha podido encontrar una "cura" para el "arrugue", o el colapso, aún.

Sabiendo esto, y que hasta el golfista más avezado puede "arrugar", lo clave, entonces, pasa a ser como ese golfista que acaba de "arrugar" reacciona frente al desastre con la idea de minimizar el daño mental.

En mi opinión son dos las cosas fundamentales:

1. Aprender del desastre.

2. Racionalizar lo ocurrido para asegurar que este desastre no afecte anormalmente el desempeño a futuro y sencillamente olvidar rápido. O sea, asegurar que la "grabadora golfística" no quede dañada.

Cuando Jean van de Velde arrugó en el hoyo final del British Open 2006 en Carnoustie, la situación lo afectó de tal manera que prácticamente terminó con su carrera.


Schwartzel y McIlroy después del Masters 2011
El caso contrario es Rory McIlroy, un verdadero maestro en manejar sus desastres.

Cuando Rory colapsó en los últimos nueve hoyos del Masters 2011, dijo a la prensa que era joven, e iba a aprender de su desastre. A continuación se sacó una foto con el ganador, Charl Schwartzel y bromeó que algún día quería tener una de esas chaquetas verdes.

Y cuando Rory arrugó en los hoyos finaes del Honda Classic, 2014, habiendo liderado todo el torneo, posteó en twitter una foto con su perro bromeando sobre el asunto y comentando que había que olvidar lo ocurrido e ir hacia adelante y hacia arriba ("onwards and upwards").

De igual manera, McIlroy fue un maestro en echar a la broma sus recientes dos cuatro putts consecutivos en el mismo hoyo en los play-offs 2014, diciendo en twitter que lo hizo por segunda vez por si hubo gente que no había visto la primera.

Ustedes comprenderán que si el jugador número uno del mundo "arruga" cada cierto tiempo, no es para nada vergonzoso para ningún golfista sufrir lo mismo.

Lo importante desde el ángulo del Golf Mental es saber reaccionar bien.

En mi caso, tuve la suerte de que igual ganamos, pero aprendí claramente una lección:

Cuando arrecia la presión es esencial no acelerar en demasía el ritmo al golpear fierros cortos al Green. Lo que me pasó fue que me apuré mucho en esos tiros y me desincronizé de Mente y Cuerpo. También el proceso de planificación tiende a dañarse frente a la presión. En el hoyo final claramente me equivoqué de palo al elegir el fierro 9 (era para fierro 8, ya que era un tiro cerro arriba). Los tres putts posteriores fueron meras consecuencias de estos errores ya descritos.

Entonces, la conclusión es que todos los golfistas vamos a "arrugar" en más de algún momento, y lo fundamental es asegurar que nuestra "grabadora golfística" no quede dañada para las batallas futuras.

Aprender de lo sucedido, minimizar y bromear con lo ocurrido, y olvidar rápido es lo recomendado.

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