Acabo de terminar de leer un interesantísimo libro sobre el gran Severiano Ballesteros, fallecido a temprana edad el 2011.
Se trata de 18 HOYOS CON SEVE, del periodista español, especializado en golf, Guillermo Salmerón, un obsequio de mi querido amigo Jan Schlubach, quien reside hace muchos años en Madrid.
Son 18 relatos (18 hoyos) de personas cercanas a Severiano Ballesteros, donde destacan al golfista y al ser humano. Relatos casi todos muy emotivos que permite conocer a un ser humano excepcional, carismático, luchador, buena persona y con gran sentido del humor.
Fenomenal para mí fue leer el relato que hace el periodista Carlos García Hirschfeld en el Capítulo 10 (Hoyo 10) titulado "Un Master de tres horas".
Ocurre que en Octubre del 2010, a pocos meses de su fallecimiento, Ballesteros aceptó una invitación para dar una charla a un grupo de unas cien golfistas, unas pocas profesionales, y la mayoría jóvenes amateurs. Eran parte de un Tour llamado el Banesto Tour destinado a fomentar el golf femenino y que en esa ocasión jugaban un torneo en Pedreña, el hogar de toda la vida de Ballesteros.
En esta charla mágica de Severiano Ballesteros, entre muchas anécdotas y experiencias, él relata el trabajo Sofrológico que realizó en los meses previos a su primer triunfo en el Masters de 1980.
En Marzo de este año leí, y comenté en un artículo, el libro SOFROGOLF, que define lo que es la Sofrología y sus aplicaciones al golf.
Una de las partes del libro que más me ha interesado es el capítulo sobre la llamada "Sofroaceptación Progresiva".
Ésta permite que el golfista se sitúe de mente en forma anticipada en el momento de la competición, haciendo uso de su visión de futuro, imaginándose en el campo, en el momento clave, rodeado de un ambiente ideal. Anticipa el día de la competición, el aquí y el ahora, mediante un sencillo ejercicio de gimnasia mental.
Ballesteros cuenta en detalle a su audiencia de mujeres golfistas el contenido de las cintas que debía escuchar, todos los días, antes de dormir y al despertar entre Diciembre de 1979 y Abril de 1980, previo a su victoria en el Masters de ese año.
A continuación transcribo exactamente lo dicho por Severiano según relata García Hirschfeld:
"Nos vamos a Augusta", decía el Sofrólogo en la cinta, "Ya estamos en Augusta. Nos vamos al vestuario, entras al vestuario.......abres tu casillero. Coges tus zapatos......te sacas los tuyos y te pones tus zapatos de golf. Ahora nos vamos a la zona de práctica y tiras un muy buen canasto de pelotas. ¿Ves lo bien que vuelan esas pelotas? Después te vas al putting Green y practicas un poco más. Algunos de los putt no entran al hoyo, pero no pasa nada. Sigues andando y llegas al tee N° 1. Hay mucha gente, que te aplaude y te admira, y también muchos fotógrafos. Ninguno te molesta. Das un buen golpe por el medio del fairway, hay un bunker por la derecha y no caes en él, luego llegas al Green.......fallas algunos putts pero no pasa nada. Vas jugando todos los hoyos. Estas tranquilo", continúa la grabación del Sofrólogo, "vas utilizando todos los palos de la bolsa. Estas jugando muy bien, terminas la primera vuelta, la segunda y la tercera. Respiras, piensas en cosas agradables, en recuerdos de tu infancia, y, por fin, llegas al Green del 18 el cuarto día. Ya te ves campeón y estás a punto de ganar. Tienes que meter el último putt para ganar. Metes el putt, ganas, saludas a la gente y te pones la chaqueta verde de ganador".
Genial el relato de Ballesteros a su audiencia de mujeres golfistas.
La Sofrología utiliza conceptos de visualización muy parecidos a los de la Autosugestión Consciente.
Lo que hizo Ballesteros en esos meses previos al Masters de 1980 fue preparar su poderosa Mente Inconsciente para ganar ese Major.
Debía escuchar las cintas justo antes de dormirse y justo al despertar porque está comprobado científicamente que es en esos momentos en que las ondas cerebrales (eléctricas) están en su nivel más bajo, garantizando una mejor "llegada" a la Mente Inconsciente.
Al regresar a España con su flamante chaqueta verde, pasó a agradecer al Sofrólogo, el Colombiano Enrique Caycedo, y le hizo la siguiente reflexión:
"Doctor, me pasó algo raro cuando gané este Masters. No sentí una gran alegría, ni una emoción incontenible. Estaba tranquilo, muy relajado, como si hubiera ganado un torneo de mi pueblo o el campeonato de caddies de Pedreña en vez del Masters de Augusta".
El Sofrólogo Caycedo no demoró ni dos segundos en contestarle:
"Cuando ganaste el Masters lo habías ganado mucho antes en tu Mente".
Hace años que vengo estudiando la Mente y sus implicaciones para el golf.
Lo que hace posible la efectividad de cosas como este trabajo Sofrológico y otras como el Hipnotismo, el Auto Hipnotismo, las Afirmaciones o las Visualizaciones, es una característica esencial de la Mente Inconsciente.
En efecto, la Mente Inconsciente carece de facultades críticas propias por lo que es incapaz de distinguir entre la realidad y lo imaginario.
Una buena demostración de esto es la extrema realidad que parecen tener para nosotros nuestros sueños o pesadillas. Claro, porque cuando dormimos sólo operamos con nuestra Mente Inconsciente ya que la Mente Consciente, la que sí distingue entre lo real y lo imaginario, está apagada.
Severiano Ballesteros vía su ejercicio Sofrológico se imaginó ganando el Masters y su poderosa Mente Inconsciente simplemente lo aceptó como algo real y estaba programada para hacerlo de verdad.
Y como ya había ganado el Masters con "anticipación", no sintió la euforia celebratoria normal de un acontecimiento de esa magnitud.
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