En una gran performance, el Alemán Martin Kaymer ganó el Players Championship, el llamado "quinto Major", jugado la pasada semana en Ponte Vedra, Florida.
Kaymer, de 29 años, a comienzos del año 2011 fue por un par de meses el jugador N°1 del mundo, merced a su victoria en el PGA Championship 2010, el Race to Dubai del Tour Europeo ese mismo año, y a su segundo lugar en el Accenture Match Play de Febrero del 2011.
De ahí hasta ahora ganó un sólo torneo, en Sudáfrica, y tuvo un notorio y muy publicitado "bajón" debido a su obsesión por cambiar su swing (Kaymer siempre pegó con "fade" y quiso adaptar su swing para pegar un "draw").
Y sabemos que una de las cosas más difíciles en golf es cambiar un swing que viene consolidado y automatizado desde hace muchos años.
Esto es así porque para jugar un gran golf es imprescindible golpear la pelota operando con la Mente Inconsciente, Automática o Intuitiva, porque esta es la mente que controla los movimientos del cuerpo, incluyendo, por cierto, el swing de golf, y porque es la mente que procesa información un millón de veces mejor que la relativamente ineficiente Mente Consciente.
Pero ocurre que la única forma de hacer un cambio de swing es vía la Mente Consciente, con la cual aprendemos todo movimiento nuevo. Y mientras que el nuevo swing no se "automatice" no hay más alternativa que jugar amistosos y torneos con la ineficaz Mente Consciente, por lo que en la inmensa mayoría de los casos el golfista pasa un largo tiempo con un performance muy por debajo a lo que nos tenía acostumbrado.
Es por esto que no me han sorprendido para nada las declaraciones de Martin Kaymer, el Jueves pasado al comentar su brillante 63 de la ronda inicial, y para explicar su excelente juego de las semanas recientes.
En una reveladora entrevista con PGA.com. Kaymer nos dice:
"Paré de pensar. Simplemente eso es".
Y explica lo que quiere decir con la siguiente afirmación:
"Pensaba demasiado debido al cambio de swing de los últimos dos años", nos dice Kaymer, "Cada tiro que pegaba implicaba un análisis de lo que hacía bien o lo que hacía mal. Si uno piensa demasiado en la mecánica y trata de jugar un golf perfecto, distrae".
Lo que parece haber logrado Martin Kaymer es simplemente volver a ser un jugador de "feel" en vez de un jugador preocupado de la técnica de su swing.
Y en la misma entrevista, Kaymer hace referencia a su gran amistad con Bernard Langer, su compatriota, y un grande del Golf Mental. "Paciencia", me dijo Langer, "tu juego está a punto, y seguro que va a dar sus frutos en cualquier momento".
Y se le dio en el Players a Martin Kaymer, y también a varios otros jugadores Europeos que lograron excelentes rendimientos y estar entre los top ten. Sergio García, tercero. Justin Rose, cuarto. Y Rory McIlroy, Lee Westwood y Molinare, sextos.
Notable, también, la performance del joven Jordan Spieth, pero a mí me impresiona más la asombrosa regularidad de García, Rose, Westwood, Kuchar y Zach Johnson, varios de los cuales son reconocidos expertos en Golf Mental.
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