En Junio del año pasado escribí un artículo llamado "Porqué Rory es el próximo Tiger", y no me equivoqué.
McIlroy sólo ha confirmado todo lo bueno que hizo tras superar en sólo dos días su desastrosa vuelta final en el Masters 2011, hace casi un año atrás.
Y a los dos meses, ganó su primer MAJOR, el US Open en Congressional con notable score.
Ahora, con sus destacadas actuaciones de comienzo del año 2012, ha accedido al lugar número uno del ranking mundial de golf, y creo que se va a quedar ahí por largo tiempo.
Es tan bueno su swing que cuando, hace varios años atrás, el entorno de McIlroy lo mandó a tomar clases con Bob Torrance, el padre de Sam Torrance, y el mejor coach de swing de Europa, éste se rehusó a recibirlo como alumno, después de cinco minutos de verlo pegar pelotas, porque "pocas veces he visto un swing tan perfecto, y lo perfecto no se toca".
Y por eso es que McIlroy tuvo una carrera estelar como juvenil y amateur, y ahora, en sus primeros años de profesionalismo.
McIlroy tiene una ventaja enorme sobre sus competidores, que pasan meses enteros tratando de automatizar cambios de swing, algo que es tremendamente difícil cuando se está compitiendo simultáneamente en la cima del golf mundial. O pregúntenle a Tiger Woods.
Lo que sucede es que todo cambio de swing se efectúa con la mente consciente. Si no está suficientemente automatizado el nuevo swing, ocurre que no queda otra que golpear en un torneo, y bajo presión, con la mente consciente, y sabemos que esto no es lo conveniente si queremos jugar un gran golf.
Sin la preocupación de perfeccionar su swing, McIlroy ha podido dedicar todos sus esfuerzos a practicar su juego corto, y en especial su putter, que tal vez era lo único que le faltaba. A diez meses de comenzar su trabajo de putt con el "gurú" Dave Stockton, se han visto importantes resultados, y hoy, Rory tiene excelentes estadísticas de putter, especialmente bajo presión.
Mentalmente Rory demostró ser muy fuerte después del Masters 2011, a tal punto que ahora le da consejos impecables sobre la parte mental a su novia, la tenista de elite, Caroline Wozniacki. En efecto, le sugirió a ella que sólo se preocupara del "ahora", del siguiente tiro que tenía que golpear, ya que los del pasado, ya no importaban para nada.
Rory McIlroy sólo tiene 22 años, pero con un swing fenomenal, una forma de ser transparente y amistosa, la que no ha cambiado con sus éxitos, y un conocimiento notable de la parte mental del golf, me permite advertirles que es muy posible que supere, antes de cumplir los 35, lo hecho por Tiger Woods a esta edad.
Y, al final del día, es muy probable que sea Rory McIlroy el que haga pedazos todos los récord de Majors ganados.
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