"Take dead aim" ("apunten certeramente", podría ser una traducción aceptable), les decía a sus alumnos, el gran Harvey Penick, cuando les tocaba enfrentar la presión del día final de juego, o una final de match play.
Y lo dijo hace cinco décadas, antes de que existieran los psicólogos deportivos, o los Coach Mentales de golf. Por esto, y por su gran sabiduría, Mr Penick, quien fue el profesor de golf de toda la vida de Tom Kite y Ben Crenshaw, es hoy, a mas de 15 años de su partida, una verdadera leyenda del golf.
Me acordé de las palabras de Harvey Penick, al leer, hoy día, una buena columna en el Newsletter de Michael Anthony, un interesante Coach Mental de golf y de atletas olímpicos.
Es que hoy día, casi todos los Coach Mentales de golf recomiendan apuntar al objetivo más pequeño posible, en el momento previo a golpear la pelota de golf.
La razón, como dice Michael Anthony, tiene que ver con quedarse en el presente. El hecho de apuntar a una ramita detrás del green, o bien, una mancha de pasto en un putt, es algo totalmente objetivo, y por lo tanto estamos en el momento presente al hacerlo.
Al estar totalmente concentrado en apuntar al "target", nuestra mente no puede preocuparse del resultado del tiro ("outcome") que es algo que nos lleva al futuro. Como hemos visto muchas veces, esto es malo porque el futuro es incierto, y la mente se sale del modo automático (y perfectamente sincronizado con el cuerpo), y comienza a dudar, a tener miedo, y a recordar fracasos del pasado.
Ante una situación de alta presión, en las finales de un campeonato, uno de los mejores consejos que se le pueden dar al jugador de golf, es que se preocupe sólo de concentrarse en apuntar al objetivo más pequeño posible.
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