Post escándalos sexuales y, ahora, después de diez y seis semanas de lesiones, lejos de volver en una actitud conciliadora, causó polémica con la manera en que puso término a su larga relación con su caddie, Steve Williams.
Dijo que lo había despedido en persona, pero el mismo Williams aclaró, con gran molestia, que había sido informado por Tiger, por teléfono.
Leí todas las entrevistas oficiales de Tiger, durante la semana, y, francamente, me llamó la atención su impaciencia con las preguntas, y su enojo, y frustración, ante muchas de ellas.
Creo que es difícil que vuelva a jugar gran golf mientras no demuestre una actitud paciente y positiva en sus actuaciones públicas. Y por supuesto durante los 18 hoyos de juego.
Partió con un buen 68, dos menos, pero de ahí jugó en tres sobre par, lo que debe ser decepcionante para él. Terminó uno sobre el par, treinta y siete abo, en la mitad de la tabla.
Ahora, desde el estricto punto de vista del Golf Mental, me llamó profundamente la atención su conferencia de prensa al final de su ronda del día Sábado.
Todos sabemos que lleva más de un año trabajando con Sean Foley, un renombrado coach de swing de Estados Unidos. Lo que se desprende de esta entrevista, es que juntos han intentado cambios en su swing bastante profundos. Esto queda claro cuando Tiger habla de la nueva trayectoria de sus golpes (ahora le pega más derecho a la pelota, sin tanto draw o fade), lo que le ha traido problemas de alineamiento, y cómo y donde apuntar. También, que le está pegando más largo, y que debe acostumbrarse a su nueva "compresión".
En mi opinión, esto es complicadísimo desde el punto de vista del Golf Mental, ya que, en vez de jugar en forma relajada e intuitiva, está preocupadísimo de implementar correctamente estos cambios, en forma consciente en la cancha, y esto resulta fatal bajo presión.
Bajo presión, es clave estar sincronizado de cuerpo y mente, y, para mí es obvio que Tiger no lo está, ya que, según sus propias declaraciones, aún no tiene automatizado sus cambios de swing.
Tiger Woods y Sean Foley |
Esta semana se juega el PGA CHAMPIONSHIP, el cuarto Major del año, y será muy interesante ver como le va a Tiger.
Seguramente hay quienes me podrán argumentar que Tiger ha hecho cambios en su swing toda su vida, y pudo seguir ganando. Yo, personalmente, creo que ya no. Tiger ya tiene 35 años, y ha debido enfrentar una gran crisis personal que, sin duda, ha afectado su tranquilidad mental. Por otra parte, son muchos los grandes jugadores que han intentado cambiar su swing, a esta edad, o mayores, y en su gran mayoría han fracasado.
Cambiar el swing es delicadísimo porque significa desincronía de cuerpo y mente, mientras no se automatize totalmente el cambio.
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