¿ Y en qué cambió el mundo en las últimas décadas ?
A mi me parece que existen dos grandes cambios.
El primero es que se derrumbó el muro de Berlin, y en la Unión Soviética, China, Vietnam, y otros, han aplicado modelos económicos de mercado. Lo que pasó fue que los partidos Comunistas de esos países se dieron cuenta de que no había un sistema mejor para superar la pobreza, que aplicar modelos de mercado, donde el legítimo beneficio (lucro) personal, cuadraba mejor con la naturaleza humana de los individuos.
El segundo, es el gran avance de las telecomunicaciones, liderado por la revolución de la internet, producto neto de la sociedad de "consumo" de Estados Unidos, y el vilipendiado "lucro" que tanto escándalo y desprecio le produce al estudiantado vociferante, los mismos que se han hecho un "picnic" criticando el "modelo" Chileno.
¿ Qué harían estos jóvenes sin su internet, sus teléfonos celulares, sus cuentas en Facebook y Twitter, mientras que, con la otra mano, se dan el lujo de criticar, hasta los cimientos mismos del sistema de mercado ?
Por otra parte, para los que hemos tenido la fortuna de viajar por Latinomérica en los últimos años, invariablemente, volvemos a Chile admirando nuestras instituciones, y lo bien que estamos, en cualquier comparación.
Hay que cuidar los grandes avances institucionales logrados por Chile en los últimos 35 años. Estos se han logrado con el apoyo de la gran mayoría de los ciudadanos, y, a partir del año 1990, en plena democracia.
Pero en algo tienen la razón los estudiantes. La educación secundaria Chilena es pésima. Y, hay que agradecerles su empeño por lograr un importante cambio. En verdad, no es un tema fácil de resolver.
Yo, personalmente, creo en las propuestas de José Piñera en educación. Creo que el "voucher" para que la familia de menos recursos elija el mejor Colegio, o Universidad, es la mejor solución al problema. Por formación soy partidario del mercado. Me encantaría ver que se implantara esta solución al desastre de la educación Chilena. Para mejorar se necesita muchísima inversión, lo que requiere que alguien invierta. Y para que alguien invierta, y se arriesgue, es totalmente lícito que puedan obtener un retorno. El Estado, que tiene muchas otras demandas legítimas que debe financiar, no puede hacerlo solo.
Pero, admito que pueden haber otras alternativas. Y hay que analizarlas, todas, para construir el mejor modelo educacional posible para Chile.
Ante todo, al igual que la gran mayoría de los Chilenos, soy demócrata. Y creo firmemente en la democracia representativa. No creo ni en las encuestas, ni en los actos de masas, ni en los plebiscitos. Soy simplemente un demócrata que cree en elegir a su Presidente, Senadores, Diputados y autoridades municipales a través de elecciones en que participen todos los ciudadanos habilitados para ello.
No existe un modelo institucional mejor, y hay que cuidarlo, y seguirlo perfeccionando, para el beneficio de Chile.
Creo que el gobierno de Sebastián Piñera, ha cometido muchos errores. Desde su increible "arrugada" por la central Barrancones, hasta mantener en su cargo a su débil Ministro del Interior, y muchos otros.
Sin embargo, hay una cuestión que es absolutamente indiscutible. Se trata de su legitimidad, la que es incuestionable.
Sebastián Piñera fue elegido, hace menos de dos años, por el 52% de los votos, para ser Presidente de Chile, y para llevar a cabo su programa por cuatro años. Y como el país anda bien en lo económico, y el Gobierno ha aceptado hacer una gran revolución en educación, me parece que la legítima protesta inicial, tiene ahora, ese nauseabundo perfume a rebelión.
Si, algo mas que perfume a rebelión. La rebelión de unos pocos. Unos pocos bien organizados, y bien financiados
Y en una democracia, no se puede permitir la rebelión. Venga de donde venga. Hay que denunciarla, combatirla con las ideas, y, si, con toda la fuerza y legitimidad que otorga el estado de derecho y el mandato de la gran mayoría de la ciudadanía.
El camino democrático de Chile nos lleva a importantes elecciones nacionales en los próximos dos años.
Las Municipales del 2012, y las Presidenciales y Parlamentarias del 2013.
Para los que, hoy, hacen llamados de cambio de sistema, son estas elecciones las propicias para presentar sus alternativas. Ya no tienen excusas para no participar. Si quieren marchar por las calles, parar el país, y cambiar la institucionalidad, tienen la obligación de inscribirse en los registros electorales, levantar sus alternativas y participar democráticamente en los procesos eleccionarios democráticos antes mencionados.
Es la hora en que Chile, el Gobierno, el Parlamento y las instituciones fundamentales, diferencien entre aquellos verdaderos demócratas, y la minoría rebelde que pretende destruir lo que tanto ha costado construir.
Y, a estos últimos, los que se oponen a participar en el camino democrático, se les debe aplicar, sin contemplación alguna, el máximo peso de la ley y del Estado de Derecho.
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