Los psicólogos del deporte, ante malos resultados de sus clientes o alumnos, los alientan a dos cosas: Lo primero es olvidar rapidísimo la mala actuación. Esto, con el objeto de que no quede grabada demasiado en la mente inconsciente.
Lo segundo es, dentro de lo posible, buscar una excusa externa, o incontrolable, para la mala actuación. El motivo es similar al anterior. La idea es que una mala actuación sea explicada (racionalizada) rápidamente y olvidadada.
Terminé sexto en Marbella. Hoy hice un mal 85, pero tengo una excusa de oro para esta mala actuación.
Es que al terminar la ronda de ayer me empezé a sentir muy mal. Cansancio extremo y dolor muscular primero. Hacia medianoche dolores estomacales y diarrea extrema. Al amanecer después de una pésima noche pensé que no iba poder jugar. Fui a Zapallar a conseguir los remedios de rigor para estas cosas y decidí pasar por la Posta a ver si había algo que me podían dar. El médico que me vió me dijo que me podía dar una inyección de algo que todavía no sé lo que fue, pero me permitió jugar.
Llegué a Marbella justo para mi salida y sin la práctica de rigor, procedí a tirar dos pelotas fuera de cancha en el hoyo uno, un par cuatro. Hice un ocho. Aunque me sentía bastante bien, estuve sin "feel" para los tiros a green y los drive el día completo. Esa primera vuelta hice dos doble bogies adicionales en los hoyos 4 y 7. Resumen: 45 palos la primera vuelta.
Seguía inseguro, pero jugué mejor la segunda vuelta e hice un 40, a la postre quedé a cuatro palos del ganador César Bareire de Granadilla, y a uno de otros cuatro jugadores que empataron el segundo lugar.
Lo importante es "justificar mentalmente" lo ocurrido con el tema de mi inoportuna enfermedad y olvidar rápido. Ya hay que pensar en el gran Campeonato que se nos viene la próxima semana donde competiré contra los mejores jugadores Midamateur. (sobre 25 años) en Rocas de Santo Domingo.
1 comentario:
mala cueva Terencio, esto sirve para no olvidar que somos humanos... good luck en sto domingo
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