Lado derecho del cerebro para enfrentar la presión.

Cuando Greg Norman arrugó en la última vuelta del Masters 1996 la Doctora Crews de la Universidad de Arizona decidió estudiar el pórque un gran jugador como Norman podía colapsar totalmente, de esa manera. En ese torneo Norman iba ganando por ocho palos al comenzar la última vuelta. Había jugado fabulosamente los tres primeros días, e hizo un pésimo 78 para perder conta Nick Faldo.

La Doctora le pidió a 10 jugadores amateurs de bajo handicap que embocaran putts de dos metros y medio en un green plano. Las reacciones de los jugadores fueron  medidos "en linea" a través de un encéfalograma, a través de un electrocardiograma y a través de sus propios informes de "stress".

En la primera prueba los jugadores debieron pegar 20 putts para ver cuantos embocaban. En la segunda prueba se les incrementó la "presión". Debían pegar otros 20 putts pero se les informó de que serían filmados para un programa de televisión nacional. En la tercera prueba se les incrementó aun más la presión informándoles que recibirían U$300 por cada putt que embocaran por encima de su resultado de la primera prueba, pero que se les cobraría U$100 dolares por cada putt que erraran respecto de su total de su primera prueba.

Conclusiones:

Todos los jugadores mostraron un nivel de aumento de actividad cerebral similar en la medida en que aumentaba el grado de presión.

Los cinco jugadores que tuvieron mejor performance, y que ganaron dinero, mostraban una equilibrada actividad cerebral entre ambos hemisferios. Los cinco que tuvieron peor performance, y que perdieron plata, utilizaban mayoritariamente su lado izquierdo del cerebro al golpear los putts.

La conclusión de la Doctora Crews es que la utilización del lado derecho del cerebro es crucial para enfrentar exitosamente situaciones de stress. La capacidad de imaginación, y el estar conciente del objetivo, son propios de la mente subconsciente, gobernado por el lado derecho del cerebro,  y eso es lo que se requiere para embocar putts. Por el contrario, el lado izquierdo nos hace demasiado consciente de nosotros mismos y casi siempre nos lleva a la rigidización del golpe del putt, y a malos resultados.